miércoles, 15 de diciembre de 2010

El rol creciente de las mujeres en la música de la India

Los otros días una vieja amiga mía me dijo por mail que se había fijado en el staff de profesores de SaRGaM ... casi todos hombres...! Salvo Nila y Shaktirupini en Rosario, que están muy solas (poca gente les lleva el apunte allá), no hay mujeres que den clases en SaRGaM.
En lo personal siempre, siempre le puse todas las fichas a las chicas, pero ninguna siguió, todas quedaron en el camino... Hubieron algunas que se esforzaron mucho inclusive. ¿Quién no recuerda los conciertos memorables que dio la sitarista Julieta Barra en los años 2003 - 2005?. El tema es que no podemos vivir de los recuerdos. Todavía estamos esperando alguna chica que nos pase el plumero a todos...


Sería cuestión, esta vez sin distinción de género, de dedicarse al estudio de la música indostánica como un regalo que uno se hace a sí mismo. Hay muchos que tienen miedo que les vaya bien en la vida, y cuando encuentran un camino que les gusta, cuando ven que pueden progresar en la vida a través del arte, les da miedo. Se van. Prefieren el ruido de la calle, el monólogo de la TV, la abstracción anónima que brinda un MP3 y el sueño de pensar que podrían haber sido algo que (según ellos/as) nunca serán.

Un ejemplo de esto es Pablo Grace, a quien Uds. pueden ver en la entrada anterior. Allá por 2007 dijo que el 2010 iba a ser su año de ir a estudiar a la India. Hombre de pocos recursos y con responsabilidades familiares, iba a tener que enfrentar las mil dificultades. Pero su voluntad predominó y se fue a India. Volvió, vendió unas cosas que vio que no usaba y se volvió a ir. Allá está feliz en Nueva Delhi, estudiando tabla. Él realmente quería esto para su vida. Se le dio, y en el momento en el que estaba por comprar su segundo pasaje a la India en el mismo año (!!!) tuvo un poco de miedo; pero ese era miedo a que las cosas te salgan como vos querés, según él mismo nos lo dijo. Vencido el miedo en pocos segundos, compró su pasaje y allá está.

Hay que permitirse disfrutar de la vida, sacar el pie del acelerador y pensar "¿para qué vivo?". Comer, dormir, reproducirse y defenderse son actividades comunes tanto al ser humano como a los animales. Y ¿en qué nos diferenciamos de ellos si hacemos exactamente lo mismo, con un poco más de sofisticación?. 

Sí, como podrán leer, es un palo directo a la inercia, independientemente del género. Y para pensar un poquito más en la vida es que les traigo este artículo que encontré en el Hindusthan Times, escrito por la periodista Sumati Mehrishi, acerca del rol de las mujeres en la música de la India, espero que lo disfruten. Va dedicado a las chicas que están estudiando actualmente en nuestra escuela... ¡espero que progresen muchísimo!. Hasta pronto,


R. Das



Instrumentos del cambio
 Por Sumati Mehrishi, Hindustan Times

Nueva Delhi, 27 de noviembre de 2010

No es fácil decir esto, pero el mundo de la música de la India puede a veces ser tan tradicional como rígido. Especialmente cuando se refiere al género.

A pesar de que las mujeres se las han arreglado para destacarse en varias esferas de la vida y hacerse un nombre para sí mismas, hay aún muchas áreas que son clasificadas “sólo para hombres” por varias razones. Desde “ésta ha sido desde siempre el lugar de los hombres” hasta la fuerza física que las mujeres poseen y la falta de ésta en comparación con sus contrapartes masculinos.

Pero lo que una chica vino a hacer es lo que tiene que hacer. Cuando uno de éstas tiene una pasión y persiste en el camino, siguiéndolo hasta su máxima concreción, rompe todas las barreras alcanzando el éxito. Y en muchos casos, de manera espectacular.

Así, estas tres mujeres lo han hecho, tocando instrumentos tradicionales de la escena de la música clásica india que no fueron precisamente dirigidos a mujeres.
 
Conozcan a estas mujeres que siguieron sus corazones, y en el proceso convirtieron la cacofonía de la discordia en dulces notas de aprobación.


Ghatam Sukkanya Ramgopal
Ghatam
“Una mujer puede volverse una excelente percusionista, pero no puede desabrocharse la camisa y tocar en escena”. No hay duda de que este comentario acerca de las mujeres que viene de un mundialmente famoso ejecutante de ghatam es verdadero. Pero suena absurdo, desagradable y sexista. Porque mientras que es cierto que los sonidos del ghatam emergen correctamente cuando el instrumento es colocado en contacto con el torso y el estómago desnudo del ejecutante, así también puede ser remediado de otra manera. Así como la ejecutante de ghatam radicada en Bengaluru (Bangalore) Sukkanya Ramgopal lo ha probado.

“He pasado horas… no, años, trabajando para conseguir el mismo sonido, y no necesito quejarme acerca del hecho de que no puedo tocar el ghatam con la camisa desabrochada,” dice Sukkanya.

Sukkanya no es la primera persona del sur en llevar el nombre de un instrumento musical, pero no es precisamente este instrumento el que ella aprendió originalmente. En los ´60, cuando esperaba concentrarse en su violín, Sukkanya anheló en cambio pasarse a las clases de percusión conducidas por la leyenda del ghatam, Vidvan Vikku Vinayakaram.

“La necesidad de encontrar un lugar en esas clases era fuerte y problemática,” dice Sukkanya. “Mi madre y hermanos me apoyaron. Pero mi padre pensaba lo contrario. Su primera preocupación era que mis manos suaves se dañaran. Después, el pensamiento de una mujer tocando un instrumento dirigido a los hombres, le preocupaba.”

El guru de Sukkanya, Vidvan Vikku Vinayakaram, también se preocupaba. “Vikkuji creía que yo no tenía la fuerza necesaria requerida para tocar el instrumento,” dice Sukkanya. “Afortunadamente mi guru de mridangam y padre de Vikkuji, Harihara Sharma, mostró una gran fé en mí.”

La familia de Sukkanya también le tenía fe. Cuando se casó, 40 ghatams especiales fueron empacados junto con sus regalos de boda.

Las reglas que definen los géneros son lo que menos le preocupan a Sukkanya. En un ámbito donde los instrumentos musicales son supeditados a una jerarquía rígida, Sukkanya toca el ghatam,  el último instrumento necesario en un ensamble que consiste en vina, violín, mridangam, arpa de boca y ghatam. Y es más, los vocalistas usualmente no quieren ser acompañados una percusionista. En respuesta a estos problemas, Sukkanya toca el ‘ghatatarang’ un ensamble de seis ghatams afinados en notas diferentes. Mientras Ud. lee este artículo ella está de gira por China y Singapur con “Stri Tal Tarang”, un grupo que consiste sólo en mujeres percusionistas.

El grupo no es el modo en el que Sukkanya se escapa de la barrera del género, “es solamente un modo de crear más oportunidades para la experimentación y la ejecución. Es algo muy grande tocar con mujeres…”.

Anuradha Pal
Tabla
Su música inspira reverencia. Sus golpes y sonidos son tan agudos que uno quiere cerrar sus oídos a a las exclamaciones del público cuando Anuradha Pal, exponente del tabla, aparece en el escenario. Usa hindi, los labios pintados, las mangas de su kurta de seda en tono pastel están dobladas y su dupatta se arrastra por el piso.
Uno quiere cerrar los ojos porque Anuradha es tan fuerte como ejecutante, tan perfectamente ubicada en el lugar del competitivo mundo de la percusión, que por un momento uno quiere olvidar que es una mujer. Es cuestión de enfocarse solamente en la música.

En un concierto en febrero de este año, Anuradha ha dicho que ella “en realidad nunca fue promocionada” por su guru, Ustad Alla Rakha Khan, leyenda de la percusión y padre de Ustad Zakir Hussain.

¿Fue porque el guru tuvo tanto hijos como discípulos ilustres?. “No lo sé, pero yo nunca fui ‘promovida’, eso fue lo que ocurrió. El trabajo intenso y duro me ayudó a crear oportunidades, en términos de la elección justa de conciertos, veladas y organizadores.,” dice Anuradha.

Anuradha, la ahora líder de una banda llamada Stri Shakti y participante regular de otra banda, Recharge, dice que le fue difícil encontrar un guru al principio.
 
“Las historias de lucha… las conozco todas. Pero sería bueno si la gente supiera cómo me las arreglé…,” dice. “Tenía 10 años de edad cuando me di cuenta que no había nadie dispuesto a enseñarme. Me dediqué a lograr un buen sonido, aún antes de que Ustad Alla Rakha Khan sea mi maestro. Mi familia fue una bendición, mi padre comprendió mi dedicación.”

La gente se deshace en halagos por Anuradha Pal más como mujer que como percusionista: cuando miran de soslayo a su camarín, las bocas se abren cuando ven lo pesado que es el bolso del instrumento que carga. Ahí uno entiende porqué la artista no quiere hablar acerca de ser una transgresora en términos de género. “Una vez durante un ensayo un señor mayor me dijo que iba a ser mejor que yo toque el vilambit (la parte lenta) de la pieza musical , mientras que a su hermano le iban a dar el drut (la parte rápida) para tocar,” cuenta Anuradha. “Le pregunté qué quería decir realmente. De manera jocosa me dijo que él quería sacarle el trabajo pesado a una mujer. ¿Y porqué? Es por celos, desubicación, o que?.”

Se espera que las percusionistas sean súper fuertes. “En vez de eso,” dice Anuradha, “se usa la fuerza de una manera inteligente. Tocar instrumentos de percusión puede ser física y mentalmente exhaustivo, pero la perfección viene por entender los sonidos científicamente.”

Aruna Narayan Kalle
Sarangi
Los artistas del sarangi son conocidos por disfrutar de hacer las cosas más difíciles. Su instrumento no es precisamente el que uno elegiría por amor a la música. Las cutículas de los dedos son restregadas sobre las rugosas cuerdas para obtener el sonido característico del sarangi. Como resultado, estos artistas usualmente cuentan heroicas historias acerca de cómo padecieron para obtener lo que tienen.

Pero Aruna Narayan Kalle, la única artista del sarangi famosa en el mundo, no hace danza ni canciones sin él. Establecida en Toronto, la mumbaikar (nacida en Mumbai, N. del T.) dice: “Sí, es doloroso. Pero el instrumento así lo exige.” 
Hija del guru del sarangi  Pandit Ram Narayan, Aruna tomó el instrumento a la edad de 18 años. “Estaba aprendiendo música vocal indostánica hasta entonces. El sonido del sarangi me atrajo y mi padre estuvo muy feliz de enseñarme.,” dice Aruna. “A pesar de que comencé a tocar sarangi bastante tarde en la vida, mi padre aprovechó esto para enseñarme las técnicas correctas. Ser mujer tampoco quiere decir que la pasé bien. Y a pesar de que empecé a tocar en los ´70, todavía trato de lograr la misma calidad sonora de mi padre. Todavía siento que no estoy cerca de eso.”

A artistas como Pandit Ram Narayan les ha tomado décadas hacer el sarangi ‘respetable’. El instrumento tuvo un toque de notoriedad desde entonces, puesto que ha sido un instrumento para acompañar bailarinas de dudosa reputación en la antigüedad. Ahora su status está cambiando, y el instrumento se está moviendo hacia el circuito del lounge, fusión, jazz. Pero Aruna se adhiere a lo tradicional. Ella ha colaborado con artistas de la Tafelmusik Baroque Orchestra y la Sinfónica de San Francisco. “Hay una gran cantidad de espectáculos suciendiéndose en la escena de la música india, pero no me siento cómoda con eso,” dice. “A mí me gusta seguir lo tradicional.”

Traducción: R. Das